Nací el 3 de octubre de 1994 en Pamplona.
Me llamo Uxue Gómez Molina, tengo 19 años y estudio en la
Universidad de Navarra el grado de farmacia.
Mis padres se llaman Catalina y José Antonio, y la relación
con ellos siempre ha sido buena. No me quejo de los padres que tengo. De
hermanos somos dos Aratz y yo.
De pequeña no vivía en Pamplona, ya que vivía a las afueras en
un pueblo muy pequeño llamado Belzunce. Vivíamos en una casa estupenda hecha de
piedra y madera, y una amiga que venía a
mi clase vivía justo en frente, Naroa.
A los 3 años empezamos el colegio en Mendialdea, Berriozar.
Hacia los 7 años, nos cambiamos de casa a un pueblo un poco
más cercano a la ciudad, llamado Ballariain.
Este pueblo sí que es pequeño, ya que somos 25 habitantes. La única pena de dejar el anterior pueblo era
que me iba a separar de Naroa mi amiga y por ello al principio no me quería
cambiar. Pero me di cuenta de que el otro pueblo también tenía cosas buenas
como que: la casa es mucho más grande, también hecha de piedra y madera, había
una huerta en la que podíamos plantar tomates y lechugas, pero sobre todo para mí
lo más importante era que en el pueblo de al lado vivía otra amiga también de clase así que no me iba
a encontrar sola.
Pasados los años, al llegar a la E.S.O. no cambio mucho la
gente de clase. De chicas las que nos solíamos juntar éramos Nerea, Irantzu,
Naroa y Olatz. Por otra parte de chicos eran, Erik, Iraitz, Javi, Alex, Jorge,
Peio… Hasta que un día llegaron unas gemelas llamadas Aitziber y Naiara.
Al principio, todo iba bien y nos llevábamos muy bien entre
todas hasta que empezaron los problemas con ellas. No nos dejaban en paz y
siempre querían peleas. No sabemos si era por envidia o porque pero no nos
dejaban hacer nuestra vida, hasta que llego tercero de la E.S.O. que dejaron el
instituto y fue un gran alivio para todas nosotras. De todas formas, no han
sido las únicas peleas durante el instituto, ya que, entre nosotras también nos
solíamos enfadar, pero casi siempre acabábamos arreglando nuestras diferencias.
Al año siguiente, ya
acabábamos la E.S.O y todos nos creíamos los más mayores de todo el
colegio. Ese año nos íbamos del colegio de Mendialdea, en el cual, habíamos
estado 13 años. Ese año era especial, porque
nos íbamos de viaje de estudios a Salou y además, empecé a salir con el chico
que me gustaba. Al acabar el año, llegó el viaje tan esperado y la verdad que nos lo pasamos genial, ya que
tuvimos emociones de todo tipo. El único fallo fue que nos enfadamos todas las
amigas el último día del viaje. Pero a los dos días quedamos y lo solucionamos.
Al año siguiente, empezó bachiller y fuimos tres amigas al
instituto de Eunate ha realizar ciencias
y otras tres a otro instituto a realizar artístico. Sin embargo, aunque
nos separáramos de institutos seguíamos manteniendo la relación entre todas,
pero aunque no quisieras la relación se iba alejando.
Así llegamos a la universidad, en la cual, he conocido a un montón
de gente nueva que merece la pena. Ahora he pasado a tercero de Farmacia y
parece que fue ayer cuando entramos en la universidad.
De todas formas, pasan los años y con mis amigas de toda la
vida cada vez estoy mejor, ya que, ahora no nos enfadamos unas con otras. La verdad,
ahora mismo no cambiaría nada de mi vida, ya que, soy feliz con lo que tengo.
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